jueves, 9 de octubre de 2025

Novelarse 14

 9 de octubre del 2025


Yo diría aspro, si tuviera en mi boca el sabor de un caqui.

Aunque en castellano su equivalente es áspero, en mi lengua materna, con mamá o papá, de algo así lo diríamos entendiéndonos.

Ácido es otro sabor. En una naranja que esperaríamos fuera dulce.

El domingo, en la zona peatonal del Calvario, en Vigo, la tienda de frutas y verduras estaba abierta. Compré un membrillo. 

Por la tarde lo limpié. Quería hervirlo. También se puede asar. Suerte que decidí hervir, porque tenía un animalillo instalado en su centro. Había dos entradas imperceptibles.

Cortarlo fue duro. Es un fruto que necesita someterse al calor para que se ablande.

Recordé, de vuelta a casa, que mi madre lo comía tal cual en uno de sus embarazos. Concieto, es la palabra que ella usaría para nombrar ese deseo perentorio. Conmigo en su vientre deseó fresas. No las tuvo a su alcance y se tocó en la pierna. Será o no será, pero allí tengo una marca de nacimiento. Una coloración distinta en la piel.

Mamá nos preparaba dulce de membrillo y compotas o mermeladas, también lo comíamos de postre añadiendo azúcar al hervido similar al que preparé. Yo no añadí nada. Así sí que tenía su punto dulce y ácido.

Ayer lo terminé. Un membrillo entero es mucho. Lo he ido comiendo, en trozos. Salió rico. Es fruta de otoño, como también lo es el caqui, también llamado palosanto. Parece ser que es una fruta originaria de China y Japón.

A mí me gusta muy blanda, casi deshecha. Entonces está en su punto más dulce. Creo que no todos esos frutos maduran hasta ese punto.

En Barcelona los encuentro tan maduros. En Vigo me decepcioné porque no los encontré en ese punto.

Estamos en octubre, a un paso de noviembre. Estamos en tiempos de moniatos y castañas.

Ayer compré marrón glasé. Comí uno. Qué rico.

Mis migrañas siguen.

Me acosté en el atardecer. He despertado temprano. Ayer terminé agotada.

Ya llevo el ibuprofeno y una pastilla de Hemicraneal.

Quería visita con el neurólogo. No atiende el mismo.

El lunes tengo cita con la de general. Quiero recetas para esta enfermedad tan poco visible.

Estuvo N. No la vi. He escuchado cuando se ha levantado.

Antes de las seis, en mis sueños le he avisado. Menos mal que eran mis sueños, porque para ella era demasiado temprano.

Hoy empieza nuevo trabajo en Santiago. Espero que le dure tiempo y lo disfrute. Es de lo suyo. Turismo.

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