Yo estuve en un colegio de monjas. Las de Sta Rosa, en Huesca.
Leyendo a Annie Ernaux revivo parte de esos recuerdos.
Con 4 años sabía leer. Cuando entré al colegio, fui asignada a ese y no al que mandaron a mi hermano, a mi primo o a mis vecinas.
Con 9 años pedí insistentemente a mi madre que me llevara al instituto Ramón y Cajal, al que iban a ir Angelines y Maribel.
Hay un velo que me impide reestructurar el recuerdo de ese periodo escolar.
De los 4 a los 9 años.
Cinco años no son cualquier cosa.
Mi mente repone pinceladas de ese tiempo, pero si intento centrarme en ello se difumina.
El edificio sigue en pie. Ahora destinado a archivo. En los internados y patios construyeron viviendas.
La casa de mis padres estaba tan cerca, que desde ella las veíamos.
Veo muchos espacios.
Escribir sobre ellos no se da.
9 de octubre del 2022
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