viernes, 3 de octubre de 2025

Novelarse 4

 3 de octubre

Caían moscas. Se quitaban. 

Las cantaras llenas de leche en el abrevadero para que se refrescaran.

Después se tapaban.

Mamá las lavaba con un estropajo y una arenilla que para ese fin tenía. Nunca jabones.

Unos cubos metálicos, que llamamos pozales, para usos distintos.

Una de las cuadras en la otra casa. Allí transportaba uno a uno esos con agua. Pesaban. 

Papá muñía, ordeñaba, las vacas, sentado en una banqueta y con uno de ellos para recoger la leche. Dos veces al día.

Se levantaba temprano. Muchas veces me avisaba para así levantarme para estudiar lo que me faltaba, o repasar para un examen.

No me costaba. Con ligeros golpes en la puerta de mi cuarto, dormitorio, bastaba.

La casa en silencio.

De aquello, creo que sigo buscando ese momento en las mañanas, desde que no toca poner una alarma para ir a trabajar.

Cuando empecé en blogs, posteaba y revisaba antes de salir de casa.

En los tiempos de la UOC, dedicaba media hora a revisar en línea.

Hoy me levanté antes de las ocho.

Repito rutinas.

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