Se hace extraño mirar a un pasado y no poder tener imágenes. Sí, imágenes. Fotografías de lo cotidiano. Si las hay, suelen ser de eventos familiares.
En mi caso, gracias a que mi tío llevaba consigo la cámara y revelaba su propio carrete, porque en su pluriempleo una de sus actividades era hacer fotografías, hay bastantes.
Hoy quería recordar a mis padres y tíos. A mis muertos. Qué poco a mi alcance.
Los recuerdo y quisiera rescatar esa imagen.
Me queda la palabra. El eco de esa vida vivida a su lado y bajo su cuidado.
El cerebro no siempre regala recuerdos buscados. Más bien te asalta con ellos cuando menos te lo esperas.
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