jueves, 12 de enero de 2023

Leer (y escribir)

 


Ayer terminé uno de los libros de préstamo online. 

Traducido al catalán.

Lo recomendé.

Me gustó.


Hoy pensé que cuando leo, sobre todo en otro idioma, me escucho.


He constatado que el catalán, adquirido, ocupa otra área de mi cerebro.


Lo vivo en mi pensar, pero no es mi lengua materna, aunque sí próxima.


Mi proceso docente me llevó a enseñarlo. 


La escuela sufrió cambios, desde que empecé a enseñar. En el 76 del siglo XX.


Gané mi plaza en el ministerio de educación de España, y con las competencias autonómicas pasé a ser transferida a la Generalitat.


Era profesora de segunda etapa en ciencias y matemáticas. Me encontraba en mi salsa. También Jefe de Estudios y Coordinadora de Informática, y responsable del Laboratorio, que con los cambios pasó a ser él espacio ocupado por el grupo de P3.


Me asignaron el ciclo superior de Primaria. No era lo mismo.


Había estado haciendo cursos y cursillos orientados a mi tarea docente y de gestión de mis cargos. Seguía en ello. En formación permanente. Era mi pasión.


Aspiré a ser de los maestros que pasaron a la Secundaria. No tuve suficientes méritos para hacerlo en Barcelona.


En mi formación permanente, nunca había recogido certificados. Los busqué. Eran créditos a añadir a mi currículum.


A mis espaldas, créditos de Filosofía, que dejé para irme a la UOC, una universidad que ofrecía sus especialidades online. Psicopedagogía.

Dos Postgrados. De Informática y Matemáticas y Ciencias para la ESO.


Le di un giro a mi vida. Cambié de centro. Previamente renuncié a mis cargos. Me enfoqué en mis estudios. Me motivé.


En el nuevo centro, en el que me jubilé, elegí el ciclo inicial. Allí enseñé y aprendí. Cuando se enseña se aprende.


El Catalán no sólo como lengua vehicular. Enseñaba a escribir y a leer. Ya tenía la lengua interiorizada.


He descubierto, tarde en mi vida, mi capacidad lingüística. Aprendo in situ.


En mi proceso de formación, en una escuela de verano de las de Rosa Sensat, orientada a una herramienta informática me inicié en los blogs. Era el 4 de julio del 2006. Dos días antes de mi 52 cumpleaños.

Fue mi cambio de paradigma.


Escribir a diario. Llevar en mi bolso y bolsillos notas, apuntes, textos y organización.


Escribir previamente lo que postearía.


No hay día en que no esté en ello.


Mis primeros relatos eran entradas de blog.


Mi primera novela, de fantasía, un blog.


Me cuesta no editar en blog lo que escribo.


Es mi actividad.


Posteado en Escondido en mi memoria (nueva ruta)

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