Cuerpo y mente
Sufre la nostalgia
su añorada sombra
proyectada
en mañana.
Hiere con su daga
la ignorancia
consentida.
Atrapa en sus
entrañas
la soga que
en su mano
se sostiene.
Y cubre
con su manto
de confusiones
ese trazo
sinuoso
que perpetra
la ignominia
oclusiva
confluida.
Rompe el arco
a sus espaldas
disparando
esa flecha
envenenada.
Cabizbaja
mira al suelo
ese alma
ensangrentada.
No hay consuelo.
Decepción
en su fuero
interno
se instala.
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