miércoles, 7 de enero de 2009

Sembremos modelos de concordia.


Mientras no tengamos el sentimiento de pertenencia al género humano desde una mirada global, será imposible razonar con esa fuerza bruta que antepone sus razones por la fuerza.

4 comentarios:

Martha Jacqueline Iglesias Herrera dijo...

Apoyo tus palabras. Muy buena entrada para este año que comienza muy lejos de la paz en algunos rincones de la tierra.

Bye bye

--- dijo...

Con la fuerza bruta solo se genera miedo y con el miedo solo conseguimos que quienes lo sufren malvivan, o, en el peor de los casos ni deseen vivir... es una imposición cobarde; el abuso del fuerte en detrimento del débil. Para la cobardía y la ambición no existen palabras como razón o justicia.

Un beso muy grande.


PD. Muchas gracias Anna por pasarte por mi rinconcito y dejar tu impronta... Por cierto, hay un escrito, que me hubiera gustado añadir en NOSOTRAS, y que no he sabido como hacerlo, esta en mi blog: Diosas, reinas... mujeres. En fin, que soy una patosa, jajaja.

Ana dijo...

Escribí teniendo la mediación de una amiga que había hecho su post. Lo que traje forma parte del comentario que le dejé.
Tod@s somos perdedores.
No acabo de entender el porqué de las guerras.
Me gustaría que ante la discordia no se pasara a la ley de la fuerza.
Entiendo que no es fácil entenderse.
Respetar la diversidad y ser tolerantes, es algo realmente complicado.
Tod@s tenemos nuestra propia experiencia en lo que supone la convivencia en la proximidad.
Si previamente se dejara de usar el recurso de la fuerza y se intentara el entendimiento, poniendo en activo mediadores válidos, es posible que diéramos un paso a delante.
Otra de las problemáticas que se anteponen es la de la exclusión.
Esa es la que me lleva a pensar que tendemos a ver al otro y la otra como el no yo.
Bastaría pensarlo como parte de mí, para no cerrarle las puertas.

mardelibertad dijo...

La fuerza origen de la vida.

Un abrazo